Jefferson Smith, un joven ingenuo e idealista que parece fácilmente manipulable, es nombrado senador. Ignora que en Washington tendrá que vérselas con políticos y empresarios sin escrúpulos que le harán perder la fe. Sin embargo, gracias a su secretaria, una joven que conoce muy bien los entresijos de la política, protagoniza en el Senado una espectacular y maratoniana intervención en la que, además de defender apasionadamente la democracia, pone en evidencia una importante trama de corrupción. 

“«Nadie más puede equilibrar los altibajos del sentimentalismo nostálgico y el humor cursi como lo hace Capra, pero si alguien más aprende hacerlo, matadlo». Así concluía Pauline Kael su reseña de este clásico político. Aunque su admirable cinismo no perduró lo suficiente para ver la devaluación de la democracia estadounidense, los 70 años que han pasado desde su estreno, hacen a esta fábula moralista de Washington más profética y pertinente que nunca. (…) Muchos han acusado a Capra de populismo sentimental por permitir que el torpe James Stewart desenmascarara la villanía, pero su paso del idealismo a la sabiduría ganada con esfuerzo no solo era creíble, sino también profundamente conmovedora, por el magnífico uso de la vulnerabilidad de flacucho y de su tartamudeo para ganarse a los escépticos en la tribuna de la Cámara del Senado, meticulosamente recreada. Pero más allá de las excepcionales interpretaciones, Capra bombardeó a los espectadores con ideas provocativas que se sucedían con la misma intensidad y rapidez que los ejemplos de comunicación impresa y verbal que, según él, constituían la base y la ruina del gobierno moderno, advirtiendo a los estadounidenses que estuvieran en guardia, ya que los Smith eran tan escasos como los Paine, los Taylor y los Hopper eran abundantes y perniciosos.” (David Parkinson)

SPS: Subtitulado para personas sordas o con pérdida auditiva.