Amor prohibido (Forbidden,1932) Frank Capra
Int.: Barbara Stanwyck, Adolphe Menjou, Ralph Bellamy.
EEUU. DCP REST. VOSE*. B/N. 85’
Una bibliotecaria se va de crucero y se enamora de un hombre inalcanzable, un fiscal del distrito casado con una mujer inválida.
“Aunque los dramas sobre madres solteras se remontan a Las dos tormentas (D. W. Griffith, 1920), con Lillian Gish aferrándose a su bebé mientras es empujada hacia los témpanos de hielo, Amor prohibido pertenece a un subgénero que podría denominarse «trama de la madre fantasma». La protagonista, dispuesta al sacrificio, entrega a su hijo a una madre sustituta que puede proporcionarle mayores oportunidades sociales. La Lulu de Stanwyck es un modelo activo de independencia: a lo largo de la película, Lulu construye su propia carrera con cuatro trabajos diferentes, todos ellos de responsabilidad, al tiempo que insiste activamente en sus derechos. La historia de Capra asume su libertad para hacer lo que quiera con su cuerpo, una postura menos moralista que la que se encuentra en otras películas lacrimógenas rivales con heroínas que sufren estoicamente, como El pecado de Madelon Claudet (Edgar Selwyn, 1931). (…) En el enigmático final, en lugar de recompensar a la heroína por su sacrificio con una noble resolución, o de complacer al público con sentimentalismos, Capra se atreve con un final pesimista. (…) No hay un final trascendente, ni una fantasía consoladora que compense los rigores cotidianos de la Gran Depresión; el pesimismo de Amor prohibido es casi único, pero por eso da lugar a una reflexión pionera, pues, en esa última acción, se puede ver también a una protagonista que se ha mantenido fiel a sí misma sin concesiones, una heroína feminista con este último gesto supremamente romántico.” (Robert Keser)