Miles es un arquitecto que está trabajando en un nuevo
ladrillo antiterremotos. Para mejorar su trabajo decide adquirir un ordenador,
el cual, tras un desafortunado incidente con una botella de champagne, toma
conciencia de sí mismo y comienza a considerarse un ser vivo.
“Realizada tras el éxito de Juegos de guerra, y
autodefinida en sus créditos iniciales como “un cuento de hadas para
computadoras”, Sueños eléctricos propone una aproximación diferente
a las angustiosas cuestiones de la IA. Abandona el territorio de la dominación global,
la conquista y el exterminio de la humanidad, y apunta a la capacidad de
sentir, amar y sufrir como principales indicadores de una verdadera capacidad
de pensamiento autónomo.” (Antonio Enrique González Rojas)