Lucy, una joven obligada a ejercer de mula de una nueva y
potente droga, adquiere de repente enormes poderes sobrenaturales cuando la
bolsa de la droga se rompe y los narcóticos entran en contacto con su cuerpo,
convirtiéndose en una máquina letal con habilidades extraordinarias.
“Luc Besson consigue con Lucy completar su cubo de Rubik
particular. Cuadraditos que ensambla por colores a una velocidad de
vértigo, como quien hace un truco de cerca y nos deja rascándonos la
cabeza. Scarlett Johansson es Lucy, el personaje, y es Lucy, la película.
El francés se regala un autohomenaje (esas superwomen de su cine) mezclando con
pericia las secuencias de acción con una interesantísima reflexión sobre el ser
humano y el ser tecnológico. Y salta de un color a otro de ese cubo de Rubik –o
monolito de Kubrick– de la mano de su heroína, una mujer normal, más bien
tirando a mediocre, que sufre una mutación acelerada por culpa de una droga
cuyas consecuencias son impredecibles.” (Mariló García)