Elli es una androide y vive con un hombre al que llama
padre. Es capaz de rememorar vacaciones y cualquier otra cosa que él programe
para que ella recuerde. Diseñada para asemejarse a uno de sus recuerdos,
realmente parece estar viva, a veces incluso parece soñar.
“Un androide, sustituto de un familiar desaparecido, una
vergonzosa frustración o un recuerdo que se desea mantener, este anti-Pinocho,
como lo define la brillante cineasta, es el nuevo Prometeo del neoliberalismo.
Remplazable al infinito con solo reiniciar el programa informático, la
inteligencia de Sandra Wollner ha sido contar su historia desde su propio
punto de vista del androide.” (Carlos Loureda)